Fondo Editorial BCP

El libro resalta la importancia del tejido como una de unidad estilística e ideológica en un territorio tan heterogéneo.
La publicación nos invita a conocer sus orígenes antes del siglo VI a. C; la evolución de técnicas y el uso de diversas fibras hasta llegar al algodón; el surgimiento de las múltiples fases del arte Paracas con sus mantos, llautos, llikllas y unkus, destacando la belleza decorativa de sus telas, especialmente por la finura y policromía de sus bordados.
El relato nos lleva más adelante al encuentro de tres culturas clásicas entre los siglos III a. C. y VIII d. C; la Moche, desarrollada en los valles de Trujillo y Lambayeque, la Nasca con orígenes en Paracas y la Tiahuanaco que abarcó los territorios de Perú, Bolivia y Chile, cada una con sus técnicas y perfiles estilísticos propios.
Finalmente, se expone el hecho por el cual muchos arqueólogos identifican con Tiahuanaco a los tejidos, cerámica y otros elementos reconocidos como pertenecientes a la cultura Wari; el arribo de las culturas pertenecientes a los desarrollos tardíos (Chimú, Chancay, Ica y Chincha), hasta la llegada de los incas.